30 de julio, Nuestro primer día en Estambul

Estambul
El primer día en Estambul nos damos cuenta de que se trata de una ciudad diferente. Sobre eso de las 5 de la mañana la llamada a la oración despertará al viajero con sueño más ligero.
Después de pasar el último mes leyendo la Lonely Planet, blogs y preguntando a gente que había visitado la ciudad tienes unas ganas tremendas de empezar a ver todo lo que la ciudad ofrece a los visitantes. Olvida el miedo a no poder verlo todo, pues las distancias en el centro histórico de Estambul son imperceptibles. Puedes andar del Palacio de Topkapi a Santa Sofía o la mezquita azul sin apenas darte cuenta que estas caminando. Es como si el tiempo se parase entre foto y foto.
Estambul
Nuestra primera visita fue al Palacio de Topkapi. Nos levantamos pronto para evitar colas, así que a las 8.30h ya estábamos por los jardines de la entrada a la espera de que abrieran las taquillas. En las taquillas de afuera se puede comprar la entrada del palacio, 25 TL y justo al entrar tienes la posibilidad de comprar la entrada al Haren (15 TL).
Antes existía la posibilidad de hacer la visita con un guía, pero actualmente solo puedes contratar audioguía. Pasamos la mañana paseando entre las estancias donde el sultán descansaba con sus concubinas, admirando los objetos preciosos y mezclándonos con los lugareños, porque este palacio no solo es visitado por turistas sino que muchas familias de la zona dedican un día a admirar una parte de su historia. Al salir del palacio nuestra intención era dirigirnos directamente al Gran Bazar, pero al pasar cerca de la Mezquita Azul no pudimos evitar entrar a la que sería la primera mezquita que visitábamos. Tras descalzarnos y en el caso de las mujeres cubrirnos los hombros y la cabeza, entramos a un espacio grandioso, todo él enmoquetado, donde los musulmanes realizan sus oraciones, eso si las mujeres rezan por un lado y los hombres por otro.

Estambul
Tras esta primera toma de contacto con las mezquitas fuimos al Gran Bazar, aunque antes comimos en el Antakya Restaurant, cerca de la entrada del Bazar. Nos gustó mucho, tanto la comida como el trato.
En el Gran Bazar los comerciantes nos sorprendieron con un casi perfecto castellano y alguna que otra palabra en catalán. Si te gusta regatear seguro que disfrutas en este sitio, sino como nos sucedió a nosotros, te limitarás a perderte por el laberinto de callejuelas.


Después nos dirigimos a la Mezquita de Solimán el Magnífico, ubicada en una parte alta de ciudad donde aprovechamos las sombras de los árboles para hacer una siesta, igual que hacen los propios estambuleños.
A media tarde nos dirigimos al Bazar de las Especies, el cual nos gustó más que el anterior. Nada más entrar se te activan los sentidos. El olor de las especies, el color de éstas en los mostradores... Nos dieron a probar las delicias turcas y se nos hizo la boca agua. Están deliciosas, sobretodo las de pistacho. Os aconsejamos comprarlas a granel, las que vienen en cajas están más duras.

Estambul
Parecía acercarse el fin de nuestro primer día, porque no habíamos cogido ni un solo transporte, todo a pie, y estábamos agotados después de habernos levantado a las 7h y habiendo dormido solo 2 horas y media (retrasos de Tailwind). Pero no fue así, pasamos cerca del puerto de Eminönü y nos embarcamos en un crucero turístico por el Bósforo (10TL). Primero asciendes el río por la parte de la Torre Gálata y Palacio de Dolmabahçe y la vuelta se hace por el lado asiático, admirando las casas más lujosas de la ciudad que dan al río. Aproximadamente el viaje dura hora y media y salen los barcos cuando están más o menos llenos.
Para acabar el día hicimos un kebab en un puesto cerca de Çemberlitas y nos fuimos a descansar a nuestro hotel, el Grand Yavuz.

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