1 de agosto, ¿Último día?

Nos levantamos sabiendo que nuestro último día en la ciudad sería más tranquilo que los anteriores. Habíamos conseguido ver todo lo que teníamos pensado, tan solo nos quedaba pendiente visitar el Palacio de Dolmabahçe. Esa mañana debido al cansancio acumulado no escuchamos ni la llamada a la oración, así que nos despertó el ruido de las gaviotas que revoloteaban la ventana de nuestra habitación. Para llegar al palacio la mejor forma es coger el tranvía hasta la parada de Kabatas. Desde allí al palacio se puede ir andando, está cerca. Las visitas son guiadas, en turco o inglés, no permiten al visitante merodear por el interior a su libre albedrío ni hacer fotos por cuestiones de seguridad. Se pueden comprar dos tipos de entradas, la visita guiada al Selamlik o la visita guiada al Haren. Nosotros adquirimos las 2 visitas y el precio fueron 40 TL, si solo queréis hacer una os recomendamos la primera ya que es en la que se entra dentro del palacio, la otra es un paseo por las estancias privadas de los sultanes y las concubinas.
No hicimos nada de cola para comprar la entrada. Los jardines nos parecieron preciosos y muy cuidados. Al llegar a la entrada del palacio nos tuvimos que esperar un poco para que se hiciera un grupo para empezar la visita a Selamlik en inglés. La visita del palacio dura una hora y media aproximadamente y creo recordar que cada 20 min empieza una. Como estrella de la visita está su escalera de cristal y las lámparas colgantes de lágrimas de cristal. Según nos explicaron una de ellas es la más pesada del mundo con más de una tonelada de peso. Como otra curiosidad están los relojes, todos ellos parados a la hora que murió Atatürk. Después hicimos la visita al Haren, apenas sin esperar, llegar y empezar. Pensábamos que al ser un Haren sería igual que el que habíamos visitado en el palacio de Topkapi, pero no tenía nada que ver. Las estancias de las mujeres en el palacio de Dolmabahçe son mucho más lujosas y entre otras se puede ver la habitación privada de Atatürk.
Terminamos cerca del mediodía con lo cual nos encaminamos hacia el restaurante donde teníamos pensado comer. Reconozco que fue un poco capricho comer en ese lugar, más que nada por la gracia de comer en el suelo sobre cojines, parecía ser un restaurante típico turco, pero para nada, no creo que ellos coman en sitios así. La comida no se puede decir que estuviera mala, lo que pedimos estaba bueno y el camarero que nos atendió fue muy amable, pero para lo que pedimos vimos que el precio era un poco caro. El restaurante está cerca de una de las entradas a Topkapi y se llama The Han Restaurant.

Antes de llegar al hotel teníamos pensado pasar por la tienda de Mustafá y así lo hicimos. Nos atendió el hermano de éste y más tarde pasó a saludarnos Mustafá. Es un tipo encantador. Solo podemos decir que salimos muy contentos. Realizamos algunas compras sin ser presionados y sin compromiso. Todos los artículos tenían su precio en euros. Para finalizar nos invitaron a un magnífico té de manzana (los turcos dicen que con una invitación de té se inicia una amistad de cuarenta años).
Realizadas las compras volvimos al hotel a hacer una siesta corta.
Desde que decidimos ir a esta ciudad siempre habíamos tenido en mente ir a ver la puesta de sol desde Uskudar. Lo habíamos leído en algún blog y nos encantó la idea. Cogimos el ferry desde Eminönü a Üsküdar. Haciendo este trayecto pasábamos de la parte europea de la ciudad a la parte asiática. El trayecto en ferry público cuesta 2 TL. Una vez en Üsküdar caminamos hacia la Maiden's Tower, un faro justo en frente de la costa. Allí encontramos las famosas teterias al aire libre, dónde a eso de las 7 de la tarde ponen cojines y alfombras en el suelo para contemplar la puesta de Sol. Desde allí se pone un poco más a la derecha de la torre Gálata. Las vistas a la parte antigua de Estambul son fantásticas. Es una experiencia realmente recomendable.
Al caer el Sol por detrás de la ciudad cogimos el Ferry de vuelta. Salen cada 30 minutos y el último es a las 23:00h. Nos llamaron la atención unas carpas que había montadas a la orilla del río dónde cientos de personas hacían cola para coger la cena. Famílias enteras de turcos comían al aire libre. Nosotros nos dirigimos al parque que hay entre Santa Sofia y la Mezquita Azul. Allí también había mucho ambiente todas las noches. Nos compramos unos kebabs y nos mezclamos entre la gente. Estaban haciendo teatro y conciertos al aire libre. Comimos una mazorca de maíz, muy típicas en las calles estambulenses, y nos fuímos paseando tranquilamente por las calles laberínticas del centro de Estambul hacia el hotel.





Estambul es una ciudad fascinante. La mezcla de culturas occidental con oriental la hacen una ciudad única repleta de colores, olores y sabores. Todo un deleite para los sentidos.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por este post tan extenso, con buenas fotos y repleto de información! Yo estuve también 3 días en Estambul, al volver escribí mis experiencias en formato de itinerario, no es tan extenso como el vuestro pero quizá sea útil ;) http://www.tripetea.es/estambul-en-3-dias Saludos!

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